miércoles, 11 de mayo de 2011

Roma, terremotos, profecías....la historia interminable

Albert Einstein, genio y figura a extremos insospechados, postuló una de las citas más fabulosas que he leído, y que aún recordándola de toda la vida, viene al caso de esas noticias chorras y absurdas que se leen de vez en cuando. Dijo, “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

He leído absorto la noticia de una supuesta profecía que dice que Roma será en las próximas horas destruida por un terremoto. Un supuesto notición basado en las “predicciones” de Raffaele Bendandi, una especie de científico de andar por casa que tuvo varios momentos gloriosos en la época de Mussolini (menudo bagaje, eh?). El caso, es que Bendandi aseguraba haber encontrado la forma de predecir terremotos (otro gran clásico de la Ciencia…), lo más curioso de la rocambolesca historia es que su fundación (sí, tienen una fundación dedicada al estudio de su obra, murió en 1979) dice que no existe ningún documento que diga algo parecido….


Roma, un día cualquiera.

Pero dentro de esta chorrada, porque no puede definirse de otra manera, subyace algo más profundo, y como comentaba Einstein, es la estupidez humana, que alcanza cotas cuasi-infinitas. Y es que se estima que hoy un 20% de los funcionarios italianos podría no ir a trabajar, y que miles de alumnos no irán a sus clases. Y eso que es Italia, un país presuntamente del primer mundo en el que se encuentra una de las instituciones con mayor reputación en el mundo de la Sismología, que no es otra que el Instituto Nacional de Geofísica y Volcanología (INGV), que se ha apresurado a desmentir tamaña broma (y que imagino serán ahora mismo vilipendiados y odiados por todos aquellos que se acogerán al “Día D” para disfrutar de una jornada de asueto).

Además, existe una fijación casi enfermiza con Roma, la ciudad eterna, a la cual algunos parecen querer licenciar el apodo, tal y como sucedió en el año 64 con el pavoroso incendio de la ciudad y que siempre se ha atribuido a Nerón, aunque cada vez son más los Historiadores que dicen que el tema no fue exactamente así.


El incendio de Roma.
Robert Hubert (1733- 1808), Musée André Malraux, Le Havre, France

Más allá del cachondeo que provoca la noticia de este terremoto, entristece mucho ver como este tipo de paranoias colectivas sigue calando en una sociedad preparada, que ha visto como muchos terremotos golpeaban su territorio (L´Aquila 2009, el último considerable) y como varios volcanes muestran a diario su poder en el país trasalpino (Etna, Stromboli y en un futuro, el Vesubio). Mientras, en las sombras cientos de investigadores en todo el mundo trabajan como pequeñas abejas en un panal de forma absolutamente meticulosa intentando desentrañar las infinitas peculiaridades y particularidades que rodean a un fenómeno tan complejo como el de los movimientos sísmicos. Roma seguirá en su sitio una vez que la jornada haya concluido, y la gente volverá a sus puestos de trabajo, pero una vez más quedará patente la sentencia de Einstein, y es que la estupidez humana, amigos, no sólo es infinita, es que además es “renovable”.

El magnífico coliseo de Roma, tal y como estará al acabar el día.

1 comentario:

  1. el caso es buscarse cualquier escusa para no ir a trabajar...pero una tan....en fin, estoy con Enstein

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