miércoles, 27 de abril de 2011

Las cenizas (las del volcán, no las de Angela) sí eran peligrosas....

....esa es la conclusión extraída por un grupo de científicos y que ha sido publicado en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America) bajo el título "Characterization of Eyjafjallajökull volcanic ash particles and a protocol for rapid risk assessment", y presentado por S. R. Gislason, del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Islandia. Según los autores se destaca que "The particles of explosive ash that reached Europe in the jet stream were especially sharp and abrasive over their entire size range, from submillimeter to tens of nanometers" (Las partículas de ceniza explosiva* que alcanzaron a Europa con la corriente de chorro eran especialmente afiladas y abrasivas a lo largo de todo su rango de tamaño, de submilimétrica a decenas de nanómetros)  *(el autor se refiere al tipo de erupción que la produce)

Este estudio parece por tanto arrojar algo de luz en la agria polémica que siguió a la erupción del volcán islandés, y que dejó en tierra a más de cinco millones de pasajeros, al respecto de si se hizo o no lo correcto al cerrar el espacio aéreo de gran parte de Europa. El tiempo parece que ha dado la razón a las posturas más conservadoras que promulgaban que más valía avión en mano que ciento volando (y cayendo) a causa de la ceniza volcánica.


El volcán Eyjafjallajökull en pleno apogeo eruptivo



Cierto es, que aunque el estudio es muy concluyente al respecto de la erupción islandesa, que los problemas entre volcanes y aviación vienen de lejos, y que no es menos cierto que la convivencia entre los partidarios de Hefesto y los de Icaro ha sido siempre un poco....tensa.

Archiconocido es el caso del vuelvo BA009 (British Airways) de 1982. El vuelo, que hacía la ruta Londres-Auckland (con más etapas por cierto que el Tour de Francia, pues paraba en Bombay, Madras, Kuala Lumpur, Perth y Melbourne....vamos, que debía durar una semana....) se encontró en su camino con las cenizas provenientes del Galunggung, uno de los muchos volcanes activos que hay en Indonesia. Como por aquel entonces no había muchas referencias de lo que podía pasar, el avión atravesó la nube (en descarga de los pilotos hay que resaltar que por aquel entonces era imposible saber que aquella nube era de ceniza....) y ni corto ni perezoso, detuvo sus cuatro motores (era un Boeing 747), debido a la ausencia de oxígeno en la nube, lo que impedía la combustión y por tanto el funcionamiento de los motores. Por si fuera poco, esa misma morfología que se destaca en el paper de PNAS (aguda, afilada) lijó completamente el fuselaje y las ventanillas, de tal manera que el avión era literalmente, un cacharro volador....hasta que los motores se recuperaron lentamente y se consiguió llegar a Yakarta, donde se hizo con éxito un aterrizaje de emergencia, dicen algunos, con el comandante sacando practicamente la cabeza por la ventanilla para ver la pista....

De aquella fantástica odisea (no opinaban lo mismo los pasajeros) quedará para la Historia el mensaje que el Comandante Eric Moody transmitió al pasaje, y que literalmente fue el siguiente:

"Señores pasajeros, les habla el comandante. Tenemos un pequeño problema. Los cuatro motores se han parado. Estamos haciendo lo imposible para tenerlos bajo control. Confío en que no se angustien demasiado"



Detalle de la turbina del 747 de British Airways



Esta increíble historia con final feliz, es una, quizás la más famosa, de cientos de incidentes entre aviones y cenizas volcánicas. No hay más que buscar en la red para encontrar relatos fantásticos. Hoy, afortunadamente, existe un centro internacional de detección de cenizas volcánicas (VAAC son sus siglas en inglés) del que os hablaré en otro post....Feliz Vuelo!!!!


Avión afectado por cenizas en la erupción del Pinatubo, Filipinas (1991)

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